jueves, 12 de julio de 2012

LA ETAPA DEL TOUR 2012 (Acto 1)


Este fin de semana hemos participado en la Etapa del Tour (Albertville – La Toussuire) la misma que los ciclistas profesionales han realizado hoy jueves. Éramos ocho ciclistas, seis miembros del Club de Orgerus, Florian y yo (catorce, si contamos a nuestras fieles “supporters.

La mayoría viajábamos el viernes por lo que decidimos quedar por el camino (en Macon) para comer. Nosotros llegamos primero, lo que nos permitió visitar la vieja catedral de la que solo queda la entrada y dos torres…



Después, recogida de dorsales en el “village départ” en Albertville y a descansar y cenar en el hotel a tan solo 20 km de Annecy (una bonita ciudad, del tamaño de Vilanova, al borde de un gran lago y unos 30 km de Albertville) que vale la pena visitar.

El sábado por la mañana, la tradicional salida para estirar las piernas dando la vuelta al lago de Annecy. Nos salieron unos 42 km en total a ritmo de caracol reumático (salvo algún acelerón para desatascar la maquinaria) y parando cada dos por tres para sacar fotos. Y es que con estas vistas… ¿quién no lo haría?







Teníamos la tarde libre, así que aprovechamos para dar una vuelta con la familia por Annecy…




Y el domingo, de madrugada, sonaba el despertador a las 04h15 y con él las primeras gotas de lluvia. Habíamos quedado a las 04h30 para desayunar, cargar los coches y dirigirnos a Ugine (a 11 km, en falso llano descendente, de la salida).

Fue llegar al punto donde debíamos dejar los coches y empezar a llover a cántaros, de tal forma que, Florian y yo (que por una vez y sin que sirva de precedente, habíamos llegado los primeros ;-), sacamos las bicis y nos volvimos a meter en el coche, donde acabamos de vestirnos, esperando que llegasen los otros.

Afortunadamente, la lluvia se calmó un poco y pudimos descender hasta la línea de salida, situada en la antigua área olímpica de Albertville sin mojarnos demasiado.

Aquí esperando en el 3er SAS de salida (destinado a los dorsales entre el 1300 y 3000)… El n° de dorsal se atribuye en función de la clasificación de los años anteriores (en ésta u otras marchas de dureza parecida).




Al final de 9000 inscritos, “solo” tomaron la salida 5688 ciclistas. Y por una vez, a ritmo tranquilo… ¡Aquí hay gato encerrado!

Claro, entre que el suelo estaba bien mojado (aun seguía lloviznando) y que por delante nos esperaban dos puertos “hors categorie” (La Madelaine y el Glandôn-Croix de Fer), un 2ª (Mollard) y para acabar un 1ª (La Toussuire), la gente iba en modo “economía de energía” ;-)

Florian y yo, como siempre, habíamos decidido quedarnos juntos. En nuestro SAS, Christian, salió como una bala e hizo un tiempazo, a Eric y Gégé los dejamos detrás rápidamente. Alain y Daniel estaban en el SAS n° 2 (por lo que no los vimos en toda la marcha) y Stéphane, que yo esperaba que nos adelantase en el segundo puerto, tampoco lo vimos en todo el día, luego veremos por qué...

A los 17 km llegábamos al pie de la Madelaine (25,5 km de subida con un porcentaje medio del 6,2%). Allí nos paramos para cambiarle el agua al canario y quitarnos los chubasqueros, a pesar de que aun seguían cayendo cuatro gotas.

Lo subimos en 2h01’ sin sufrir demasiado a pesar de que tiene tramos donde no baja del 8% e incluso alguna rampa del 15%. Pero, bueno, aun estábamos frescos… ¡en todos los sentidos del término! ;-)

Arriba, rápido avituallamiento mientras aprovechaba para solucionar un pequeño incidente técnico con la maneta del cambio delantero. Se me había movido porque estaba un poco floja y al volverla a poner en su sitio el cable se había desconectado por lo que no podía poner el plato grande… Menos mal que ya sabia de que iba y no me asusté (tardé menos de dos minutos en reconectar el cable al terminal ;-)

Bajada tranquila sin arriesgar aunque como es bastante técnica, con el suelo a veces mojado, a veces seco, no pude comer y, casi, ni beber. Rápido enlace de unos 10 km y ya estábamos otra vez subiendo el Glandón (por el lado que se baja en la Marmotte).

Había salido el sol y con la evaporación del agua de lluvia hacia un calor sofocante (era como pedalear dentro de una olla a presión, por aquello del calor y la humedad). Florian, que ya iba justito en la Madeleine, se vino completamente abajo y me dijo de marcharme solo.

Naturalmente, rechacé su invitación (no iba a dejarlo allí solo en esas condiciones). Me quedé con él marcándole un ritmo muy llevadero (yo llevaba un 34-28), invitándole a pasar por las pocas sombras que había (ya que él ni las veía) e indicándole cuando debía beber…

Por suerte, a medida que íbamos subiendo, empezó a correr un poco de aire fresquito y se fue reponiendo… Yo seguía marcando el ritmo y así llegamos a los últimos cuatro km (lo más duro que he subido hasta ahora). El % medio es casi del mismo nivel que en el Marie Blanque pero… después de subir 18 km y a casi 2000 m de altura… ¡Terrible!

Se me quedaron tan flojas las piernas que, en los tres km que llevaban al “sommet” de la Croix de Fer (al 6%), no pude quitar el 28… y Florian no podía ni seguirme.

Por suerte el tiempo era espléndido y el paisaje genial…






Desde allí nos dejamos caer hasta el pie del Mollard (tercer puerto de la jornada, bastante fácil ya que solo teníamos que subir 5,7 km y no demasiado duros). A pesar de todo, en las primeras rampas, Florian sufrió un calambre en el aductor por lo que tuvimos que parar…

Conseguimos coronar sin más incidentes y, después de pillar un poco de agua, otra vez para abajo. Descenso muy técnico y con asfalto en bastante mal estado… Nosotros nos dejamos caer, pero si los profesionales hubiesen decidido atacar, aquí podrían haber hecho la diferencia…

Llegábamos a St. Jean de Maurienne, (al pie de la Toussuire) un poco antes de las 14h30, con un sol de justicia. Nos quedaban 17 km de subida de un puerto que me recordó, en muchos tramos, el Telegraphe: Pendiente muy constante alrededor del 7%.

Con el calor, Florian se me estaba volviendo a ir abajo, a tal punto que me volvió a decir que me fuese. Yo no le hice caso, aunque esta vez me adelanté un poco pero quedándome siempre a su vista para que tuviese un punto de referencia… A estas alturas, yo no estaba tampoco para muchos trotes y sabía que a medida que nos fuésemos acercando a meta, la moral le volvería a remontar…




Y así fue, a mitad de subida, cuando paré a coger agua, me alcanzó y ya no nos separamos hasta llegar a meta. Hay que decir que nuestro ritmo no era demasiado elevado ya que nos pasó bastante gente… y para colmo, a tres km de la llegada, pinché :-(

Por suerte, era un pinchazo lento y pude entrar en meta sin reparar…

Arriba nos estaban esperando Daniel, Christian y Alain. Serge, Gégé y Stéphane llegaron una hora y media más tarde. Stéphane, nuevo en estas lides (viene del BTT), tenia calambres hasta en las pestañas. Hay que decir que el “animalico” había hecho toda la marcha con un ¡¡¡ 39-25 !!! (más desarrollo que Wiggins que hoy llevaba un 38-28)

Ya solo nos quedaba dejarnos caer hasta St. Jean de Maurienne donde nos esperaban nuestras fieles “supporters”…

En cuanto a Florian y a mi respecta, acabamos en 8h58 (Pierre Rolland, el ganador de la etapa de hoy solo nos ha sacado 4h21’ ;-). En el puesto 1647 sobre los 4422 que consiguieron acabarla (1633 en la clasificación de los “grimpeurs”, lo que confirma que iba mejor subiendo que bajando, nos dejamos caer en todas las bajadas) y que no perdimos tanto en la última subida ya que el primer puerto del día lo coronamos en el puesto 1455.

Pero lo más importante es que pasamos una super-jornada de ciclismo del de verdad sobre una de las etapas reinas de esta edición del Tour de Francia con 152 km y 4890 m de desnivel, (lo más parecido a la Marmotte, en cuanto a dureza se refiere, que he realizado hasta ahora) y en las mismas condiciones que los profesionales, es decir, con las carreteras completamente cortadas al tráfico.

Y para acabar, el video de nuestro paso por los diferentes puertos…


Bonne Route

viernes, 15 de junio de 2012

IT’S THE TIME 2012

Este fin de semana hemos participado en la Time – Megève – Mt. Blanc. Éramos cuatro miembros del ESR (Hervé, Lionel, Vincent y yo) a los que hay que sumar (como viene siendo habitual) Florian y su novia Christelle (que no participó, aunque nos animó bastante durante el recorrido).

Como veis, completamente concentrados durante el viaje, especialmente Hervé… ;-)




Llegamos a Megève con el tiempo justo para comer, recoger los dorsales y realizar una pequeña salida para relajar los músculos y, de paso, reconocer los primeros km del recorrido.




Durante la salida, muy buen ambiente y muchas bromas…




Sin olvidarnos de esas tiernas miradas que dejan presagiar algo más que una buena amistad… ;-)






El domingo por la mañana, el despertador sonaba a las 06h45 y, a las 07h00, ya estábamos desayunando.  Concentración a las puertas del hotel “Le Gai Soleil” (una dirección a retener).


Y algunas fotos suplementarias en el SAS…


Como siempre, salida a 1000 km/h, hasta el pie del Aravis, (la primera subida de la jornada). Ya en cabeza del grupo desde la salida (con algún relevo de Hervé quien, en terreno llano, tiene una potencia increíble).

Después de ascender los primeros metros del Aravis, tuve que calmar el juego (para dejar enfriar un poco el motor ;-). Pero ya había podido constatar que iba a tener uno de esos días mágicos sobre la bici.

Las sensaciones eran muy buenas, confirmadas por el largo rato que tuve que aminorar el paso esperando a Florian. Aunque no sirvió de mucho ya que, cuando logró alcanzarme, no podía seguir mi ritmo… Llegué con casi cinco minutos de ventaja a la cima.

Algunas fotos de esta espléndida subida donde se percibe la carretera que asciende llena de ciclistas…



Et vers la moitié de l’ascension, surprise, j’ai retrouve Thierry (de Jacky cycles)… !Bon ! C’est lui qui m’a reconnu (à moi ou à mon vélo… je ne sais pas ;-).


Y hacia la mitad de la subida… ¡sorpresa! Me encontré con Thierry (el propietario de Jacky cycles donde compré la bici)… ¡Bueno! A decir verdad, fue el quien me reconociô  (no sé si a mi o a la bici… ;-)

Estaba con Franck, el vendedor que se ocupô de mi, pero como estaba detràs, no tuve la ocasión de saludarle…


En la cima, tuve tiempo de rellenar “los niveles” y en cuanto llegô Florian, nos lanzamos en la bajada (muy rapida pero sin demasiadas dificultades ya que la carretera es amplia y en buen estado).  Salvo que hacia el final nos encontramos con un monstruoso embotellamiento a causa de unas obras.

En efecto, la carretera se estrechaba y habian activado un paso alternado, solo que esto es bastante incompatible con una manifestación de este tipo… El resultado, coches y ciclistas atrapados en medio de la zona en obras…

Afortunadamente, no perdimos demasiado tiempo y pudimos continuar hacia Thones donde nos esperaba la 2ª subida de la mañana: La Croix de Fry que es también la más dura.

Aquí también yo subía más fuerte que Florian, por lo que pude aminorar un poco el ritmo para sacar unas fotos con el Mont Blanc al fondo…




En la cima, casi ni paramos, abordando la corta bajada que nos llevaba a la mitad de la subida del Aravis. Por este lado, solo nos tocaba subir unos cinco km no demasiado duros, lo que nos permitió quedarnos casi juntos…



Arriba, no paramos. Tomamos directamente la bajada, un poco peligrosa hacia el final (debido al estado de la carretera). Y fue aquí, pasando por encima de unos baches para adelantar a uno que iba circulando por el medio de la carretera donde mi teléfono móvil decidió “saltar” de su funda (la cual había quedado mal cerrada sin que yo me diese cuenta).

Lo recuperó Florian que iba unos metros detrás mio y, finalmente, no me puedo quejar ya que, a pesar de que la pantalla está un poco tocada (la he asegurado con un film adhesivo) aun funciona perfectamente.

Llegamos al pie de Saisies con más de 1h20 de margen para coronar (20 minutos de avance con respecto a otros años) lo que me permitió abordar la subida serenamente en vez de en “full panic mode” ;-).

Y menos mal, porque en Flumet (justo antes de comenzar la subida) tuve algún amago de calambre. Nada grave, bastó con beber un poco más frecuentemente para compensar…

Además, tuvimos la suerte de que el cielo empezó a cubrirse lo que nos permitió subir con una muy buena temperatura. Esta subida, a la altura de Crest Volant, en plena solanera, es temible.

Aquí también llegué a la cima con unos minutos de avance con respecto a Florian. Aprovechando que Christelle estaba esperándonos, hicimos una pausa un poco más larga que de costumbre, antes de continuar la subida hasta las antenas y la posterior bajada hasta Hauteluce.





Esta bajada, muy estrecha y muy técnica es bastante rápida y peligrosa. Los primeros km los abordamos a fondo pero… después de un primer “aviso” donde tuve que clavar la rueda trasera para abordar una curva bastante cerrada y, sobre todo, cuando unos metros más abajo pasamos al lado de un ciclista que se había “tragado” un coche de cara (y que estaba bastante mal)… nos calmamos de golpe. Estábamos allí para pasarlo bien y no para jugarnos la vida…

Llegamos abajo y, casi sin pararnos en el avituallamiento, nos dirigimos a abordar la segunda y última subida al Saisies. Normalmente, aquí, libero a Florian y yo me quedo gestionando la subida, como buenamente puedo, aunque el domingo fui yo el que marcó el ritmo de la ascensión.

Florian se enganchaba como podía, aunque yo no iba mucho mejor que él a estas alturas de marcha, lo que nos permitió, por vez primera desde la salida, hacer la subida juntos. Y aunque yo iba justo de fuerzas, nada que ver con las sensaciones que tuve la última vez que pasé por allí (en el año 2009 ;-).

En la cima donde Christelle nos estaba esperando todavía, no nos quedaba más que la larga bajada hasta Flumet y luego el falso llano hasta Megève. Y menos mal, porque la lluvia (cuatro gotas) estaba empezando a caer…

Llegamos a Megève con un tiempo oficial de 7h09 (1h05 minutos mejor que en mi última participación, “solo” 30 min para Florian) lo que quiere decir unas 6h48 encima de la bici. Nos clasificamos el 244 y 245 sobre 290 participantes (en el circuito de 145 km y 3800 m) lo que confirma el nivel MUY alto de esta dura marcha.

Como prueba, el estado de Florian en la llegada… (aunque aun conservaba la sonrisa… ;-)



Por su lado, Lionel y Hervé, realizaron el circuito de 112 km y 2800 m de desnivel en 5h43 y 5h53 respectivamente para acabar en los puestos 448 y 493 sobre 585.

Y Vincent, acabó el circuito de 90 km en 4h10 minutos en la 382° puesto sobre 598. Nada mal para una primera experiencia en montaña…

Solo nos quedaba volver a Paris (bajo la lluvia), donde llegamos después de media noche completamente agotados pero MUY satisfechos del fin de semana que habíamos pasado en los Alpes.

Eso sî, el lunes en el trabajo fue duro, muy, muy, muy duro… ;-)  

Bonne Route