domingo, 29 de enero de 2012

VUELTA AL TRABAJO


La semana empezó, como viene siendo habitual con la sesión de rodillo del lunes para relajar los músculos, la de musculación encima de la bici (del martes) y una sesión de gimnasio el miércoles para fortalecer dorsales, abdominales y ese amago de pectorales que tanto le gustan a mi mujer… ;-)

Pero a partir de aquí, la cosa empezó a animarse. En efecto, el jueves me “escapé” del trabajo para ira a la tienda a sondear en vistas de nuestras próximas adquisiciones (las bicis de Florián y mía que deben remplazar las que nos robaron en Megève).

Habíamos decidido comprar nuestras bicis en el mismo sitio para tener un poco más de poder de negociación aunque, al final, no habría hecho falta ya que el 10% de reducción cayó casi a las primeras de cambio. Salí de la tienda muy contento (casi eufórico) ya que había entrado en ella con la idea de tener que abandonar el Ultegra Di2 pero, gracias a la reducción, conseguí el objetivo.

Sé que es un capricho (encima bastante caro) y del que, tal vez me arrepienta, dado lo reciente de esta tecnología, pero desde que lo estuve probando en el Salón de Paris me tenía hechizado y no he podido contenerme.

Nos dimos cita el sábado a la hora de obertura para hacer un estudio postural (también gratuito) y concretizar los pedidos (Florián vendría un poco más tarde ya que él había realizado el estudio cuando compró la que le robaron).

Bueno, volviendo al jueves, cuando llegué a casa, viendo que las condiciones meteorológicas previstas para el viernes eran bastante buenas (todo es relativo, ya que aunque no estaba nublado, se esperaban temperaturas entre 0 y 5°C), me quedó el tiempo justo para preparar los trastos, bici incluida, para ir al trabajo.

Aproveché para remplazar los viejos pedales de montaña (que tienen los rodamientos en las últimas y empezaban a bloquearse) por unos de carretera con calas SPD que saqué del baúl de los recuerdos. El inconveniente es que cuesta bastante encontrar la cara buena para calar, pero mientras duren...


La verdad es que echaba de menos mis salidas “nocturnas”. En efecto, cuesta arrancar (sobre todo con este frio), pero cuando has rodado a oscuras en el silencio de las calles, aun dormidas, por carreteras tranquilas y carriles bici, te acabas aficionando: ¡Es realmente mágico!

Bueno, esta vez la magia quedó truncada por culpa de un radio roto en la rueda trasera cuando estaba abordando la pista que lleva al Cristo de Saclay (una rotonda muy conocida en estos estos parajes por su estatua). Reparación de urgencia, (como no se podía sacar el radio roto, lo tuve que enredar en otro y soltar el freno para que no rozasen las zapatas), llevar una frontal en estos casos ayuda mucho ;-) y para el trabajo.


Y el sábado, allí estaba yo a las puertas de la tienda antes de que abriesen (¡si! había impaciencia, pero no solo, ya que no estoy acostumbrado a circular sin embotellamientos ;-)

Media hora de medidas para concluir que, desde mis años mozos, he perdido 1,5 cm de altura, que soy paticorto y que tengo los pies muy grandes… ¡empezaba bien el día!

Luego, llegó la hora de escoger la talla y aquí el vendedor tenia una duda entre la 50 y la 52. Yo,  sin el estudio, habría cogido la 50 pero él me estuvo explicando que la marca que yo había escogido, talla más bien justo (en altura) y que me veía mejor en una 52.

Como tenía una 52 por allí, me la ajustó a mi medida y… ¡Bingo! Él tenia razón, eso sí, yo reduje un poco la longitud de potencia ya que no me gusta ir muy estirado.

Luego, otra media hora, escogiendo color, componentes, etc. (con el Projet One de Trek, se puede elegir todo a tu gusto y/o medida, hasta el color de las fundas de los cables) y confirmando el pedido. Resultado: Dentro de dos meses rodaré sobre este bólido de carbono electrificado a mi velocidad habitual de caracol reumático… ;-)


En efecto, la bici no hace al ciclista, sino las piernas. Hoy lo hemos podido comprobar, una vez más, cuando hemos alcanzado un grupo donde iban varios ciclistas con sus súper-máquinas y, entre ellos, una Mercier de los años 60 (en bastante mal estado)…

Florián por su parte, repite con Lapierre Xelius 700 ya que quedó muy contento…

Como podéis imaginar, cuando llegué a casa con mi estudio postural lo primero que hice fue comprobar las medidas en mi Bianchi e… ¡increíble! Salvo la longitud de potencia, todas las otras cotas estaban (a +/- 1 mm) de las medidas especificadas.

Lo de la potencia ya lo intuía ya que por culpa de la primera bici de carretera (una Decathlon demasiado grande para mi) me fastidié las cervicales. En las otras he debido de compensar (demasiado) y rodaba encogido. Así que, dicho y hecho, recuperé una potencia de 100 mm que tenía por ahí (y remplacé la de 90 mm) para ir acostumbrándome a la posición que tendré sobre la Trek.

Y hoy domingo, salida con el grupo Babou, bueno, desde el principio nos hemos quedado los tres mosqueteros ya que, hoy, el clan de los ancianos ni siquiera ha hecho el amago de tomar la salida con nosotros.

Lo siento, no hay fotos, con 1°C a la salida y 3°C entrando a casa, no era cuestión de quitarme los guantes.

Sí, hoy tocaba viento del Norte (y aquí al Norte, lo único que hay es Paris). Así que, para limitar sus efectos nos hemos ido hacia la vallée Chevreuse para volver con viento lateral. Finalmente, ha sido un acierto ya que, hemos escogido una ruta bastante protegida y solo hemos tenido que luchar contra él en los últimos 15 km.

En cuanto a la potencia, después de 4 horas de bici para recorrer 101 km con 785 m de desnivel… ¡un acierto! Me siento mucho más “aireado” y sin ningún efecto nefasto sobre las cervicales (mi principal miedo).

En conclusión: Si tenéis la oportunidad de haceros un estudio postural, no lo dudéis un solo minuto. Seguramente “solo” servirá para confirmar que lleváis los buenos reglajes pero, tal vez, podáis optimizar vuestro rendimiento o, mejor aun, encontréis la explicación a esa molestia y/o  dolor que os perturba durante (o después de) vuestras salidas.

Bonne Route

martes, 24 de enero de 2012

PROGRESANDO EN INTERIOR


La semana pasada fue la primera de carga del tercer mesociclo. Ahora ya me autorizo a subir hasta 150 pulsaciones. Aunque en la salida del domingo el límite rondó las 155 ya que la gente (especialmente el Consejo de los Ancianos) estaba con ganas de guerra. Eso sí, no me dejé llegar al fatídico límite anaeróbico.

Para celebrar este tercer periodo de entrenamiento, había previsto retomar mis idas y venidas al trabajo en bici pero, como podéis imaginar por la tardanza en publicar mi habitual resumen semanal, estoy bastante liado, (otra vez) y encima el tiempo no acompaña. No hace frío, lo que aquí quiere decir, lluvia todos los días :-(

Así que a la habitual sesión de rodillo del lunes, para relajar los músculos, el martes, se sumó mi primera sesión de musculación encima de la bici (también en el rodillo) y otra de cadencia el jueves.

El miércoles no llegué a tiempo para ir al gimnasio aunque pude hacer unas cuantas flexiones y abdominales en casa y, el viernes, la sesión de gimnasio fue un poco más corta de lo habitual porque llegué tarde a casa y, encima, mi hijo (que estaba en el gimnasio conmigo) tenía prisa porque se iba de juerga… ¡sin comentarios!

El sábado tocaba salida corta pero llovía y el ánimo no estaba para hacer rodillo así que, por si acaso, no entré ni al garaje no fuese que la bici me mirase mal y me diese cargo de conciencia… ;-)

Y llegó el domingo, y con él, la salida con el grupo Babou. Como ya os he dicho, desde la salida, los ancianos marcaron un ritmo demasiado alto para mi (a estas alturas de la temporada). Menos mal que, como de costumbre, acabaron yéndose por su lado y yo… por una vez, lo agradecí con ganas… ;-)

Nos quedamos Marc, Patrice y yo. El viento soplaba claramente del Oeste, pero Marc tenia en la cabeza ir a Etampes y de allí a Maisse (es decir, más bien al Sur) en vez de a la vallée Chevreuse como yo le sugerí varias veces. Así que nos tocó volver con el viento lateral y a veces incluso de ¾ de cara. Lo que, como podéis imaginar, le agradecimos varias veces en su justa medida… ;-)

Los tres mosqueteros durante la pausa “pipi” al lado de Etampes…




Al final salieron 97 km a una media de 26,7 km/h. Lo mejor de todo, después de la sesión de musculación del martes, las sensaciones empiezan a ser muy buenas… ¡igual que el año pasado por esta época, solo que con un mes menos de entrenamiento!

Pero lo mejor de todo, el peso que sigue bajando… aunque lo más difícil empieza a partir de ahora, ya que solo me quedan tres kilos que perder…

Bueno, espero que esta semana la lluvia me de un respiro y pueda empezar con las idas y venidas al trabajo. Ya os contaré…

Bonne Route

domingo, 15 de enero de 2012

SEMANA DE “REPOSO” EN TURQUIA

Después de tres semanas de entrenamiento intensivo (dos de ellas en España) tocaba dar un respiro al cuerpo para que asimilase el segundo mesociclo coincidiendo con mi viaje a Turquía.

Mi principal preocupación cuando estoy fuera de casa es la de no coger peso por culpa, sobre todo, de las cenas en el restaurante. Esta vez, justo después de las Navidades en España, habría sido catastrófico.

Afortunadamente, viajaba solo, lo que ha resultado determinante para no ganar peso. Aun mejor, he conseguido perder más de un kilo, lo que constituye un hito en la historia de mis desplazamientos a Fábrica.

El secreto no ha sido otro que el de aplicar al pie de la letra la máxima: “Desayuna como un rey, come como un príncipe, cena como un mendigo”. Esto ha sido posible porque estando solo, no tenía que hacer “vida social” y me he podido quedar dos noches en la habitación comiendo justo una manzana o algo ligero después de hacer un poco de ejercicio en la sala de fitness del hotel.

Algunos pensaréis que es un rollo eso de quedarse en el hotel, pero después de una jornada de trabajo bastante larga (para aprovechar a fondo que estoy en fábrica) y un poco de ejercicio, lo último de lo que tienes ganas es de salir a comer por ahí (en medio de ninguna parte) teniendo que esperar SOLO a que te sirvan.

Bueno, el jueves por la noche, ya en Estambul, me permití un kebap vegetal (cerveza incluida). Y es que, a pesar del frio, es muy difícil escapar a los encantos de esta ciudad… ;-)

Decoración en el restaurante de Estambul…


Volviendo al deporte, esta semana mi única actividad ha sido la elíptica y algunas abdominales para reforzar el tronco.

En ese cacharro, además de mover los brazos, realizas un movimiento a medio camino entre el pedaleo y la carrera a pie. La ventaja es que consumes más calorías que en bicicleta sin traumatizar las articulaciones el principal inconveniente del jogging.


El miércoles me pasé una hora montado en esa máquina infernal, situada enfrente de un  espejo de cuerpo entero, con la única visión de mi cara descomponiéndose poco a poco entre ríos de sudor…

Y el fin de semana, de vuelta a casa, doble salida en pleno frío… ¡Que por fin ha llegado por estas tierras!

Ayer sábado una sesión cool de unas dos horas después de desayunar en familia. Y hoy domingo (con un sol radiante pero a -4°C) salida con el grupo Babou. Bueno, más bien con Patrick y Marc ya que los tres miembros del consejo de los ancianos se han ido por su lado, después de pasar en revista entre ellos las noticias de la semana. Rodaban justo detrás mio y era como llevar la radio puesta… ;-)

Rumbo a Fontainebleau para volver por la orilla del Sena (nuestro circuito clásico cuando el aire sopla del Este). Ya casi me he aprendido el recorrido… ;-)

En total: 3h38 de bici para recorrer 93,7 km a una media de 25,9 km/h. Sin ser nada del otro mundo, la media va aumentando poco a poco ya que ahora levanto el pie cuando me acerco a las 150 pulsaciones. El motor está aun un poco obstruido ya que, por ahora, no he realizado ninguna sesión de fuerza sobre la bici y, aun menos, intervalos.

Bueno, perdonaréis que no haya fotos de la sesión de hoy ya que, con este frio, no era cuestión de quitarse los guantes.

Bonne Route

viernes, 13 de enero de 2012

Diego BALLESTEROS CUCURULL

Seguramente, así de pronto, el nombre no os suene de nada. Yo tampoco sabía quien era hasta que leí un pequeño articulo (creo que fue en la revista Pedalier, aunque no estoy seguro) sobre la publicación del libro donde relata (a modo de diario) su hazaña. 

Me mordió la curiosidad y entonces busqué su blog donde descubrí la excepcionalidad de esta persona y… lo que le ocurrió después. Todo habría quedado ahí si no fuera porque estuve comentando sus aventuras con la familia y cómo me había impactado todo lo que le había acontecido a Diego.

Así que, esta Navidad, mi hermana aprovechó para regalarme el libro. La verdad es que mi primera reacción cuando lo vi fue pensar: 

- ¡Vaya! El regalo chorra del año. A ver quien se lee ahora este tocho sobre un “friqui” que se va desde Zaragoza a Pekín en bicicleta con la excusa de unir la Expo con las Olimpiadas.
Pero las vacaciones son largas así que me lo empecé a leer, más que nada, para no aburrirme cuando acabé otro de los libros que me regalaron (éste escogido por mi).

Y la magia empezó a operar. El libro empieza en el día en que inicia su aventura con unas primeras etapas en Europa donde vas entrando en materia identificándote, cada vez más con el protagonista.

Cuando entra en la antigua Yugoslavia, ya estás enganchado y cuando empieza a rodar por Turquía Irán, algunas de las antiguas repúblicas soviéticas, etc. te sientes absorbido por una fuerza inmaterial y comienzas a vivir la aventura en primera persona, sin poder desconectar.

Pedaleas hasta la agonía, pasas sed y hambre, luchas contra el viento, te caes, sientes inseguridad ante los desconocidos, … todo, como si fueses él. En definitiva, vives y sufres en la piel de Diego sus mil y una peripecias y, sobre todo… no sueltas el libro hasta que lo acabas.

Supongo que el hecho de ser ciclista ayuda, pero estoy seguro de que no hay solo eso… el libro, al contrario de lo que yo me había imaginado, transcribe muy bien el espíritu de esa aventura que a todos nos gustaría realizar (sin atrevernos tan siquiera a comenzar), así como sus sensaciones y sentimientos a lo largo de la misma.

En fin, como comprenderéis a través del libro (si os decidís a leerlo) u ojeando su blog, para mi la excepcionalidad de Diego no viene del hecho de haber recorrido 12882 km en bicicleta en tan solo cuatro meses (si a alguno de los que frecuentan este blog, yo incluido, nos diesen cuatro meses libres, no andaríamos lejos ;-)

Para mí, la excepcionalidad viene por tener el coraje de organizar un tal viaje y lanzarse al vacío en países con costumbres muy lejanas a nuestros estándares occidentales. Países donde la comunicación con los otros es muy difícil y donde tu propia seguridad está completamente a la merced de los valores humanos (buenos y malos) de las personas con las que se va cruzando (afortunadamente, él no se tuvo que enfrentar a los peores).

Pero, la ironía de la vida quiso que Diego llegase a Pekín en el tiempo establecido y sin ningún percance mayor (como siempre, todo es relativo… ;-) Y que dos años después, cuando estaba disputando la Race accross America, fuese atropellado por un conductor que iba despistado y, como consecuencia del mal diagnostico que le dieron en un hospital de los EEUU (el estandarte de la cultural occidental), se quedase minusválido para toda la vida.

Aunque como veréis si visitáis su blog http://delaexpoalasolimpiadas.blogspot.com/, el muchacho no se ha quedado sentado mucho tiempo en la silla de ruedas…

Bonne Route

PD: ¡Mierda! Me acabo de acordar que mi hermana también sigue el blog :-(

domingo, 8 de enero de 2012

VUELTA A CASA


La primera semana en Francia ha sido bastante cargada : La vuelta a casa en coche, los madrugones del trabajo, tres sesiones de rodillo y dos de musculación en el gimnasio. Una semana que junto a las dos semanas de entrenamiento intensivo en España (casi 24 horas de bici, ~500 km màs las sesiones de trekking por los alrededores de Vilanova) cierra el segundo mesociclo de entrenamiento y me han puesto al borde del agotamiento.

Menos mal que la semana que viene podré recuperar aprovechando que vuelvo a viajar a Turquia y no podré salir en bici.

Y hoy domingo, primera salida del año y primera sorpresa (con respecto a Vilanova): Aquî a las 08h30 aun es de noche… :-(

Bastante gente en esta primera salida: Marc, Patrick,
Patrice, 
Americo y los miembros ilustres del Consejo de los Ancianos que, esta vez, ni siquiera han hecho el esfuerzo de empezar la salida con nosotros : Jean Charles
Bernard, Gérard, Attilio,
y Ali.
Salida tranquila hacia la vallée Chevreuse, yo escondido en el grupo ya que el viento de cara es incompatible con los capilares… ;-)

Y llegando a Arpajon, en la primera cuesta, el ritmo se ha endurecido y han tenido que esperarme sobre el llano… y a partir de allí, hemos… bueno, más bien Patrick, Marc y Patrice han mantenido una velocidad de crucero bastante decente. Yo seguía escondido y Americo… ;-)

Hemos continuado sin incidentes hasta St. Arnault, después a La Celle – Les Bordes donde, en la cuesta que sube hacia Cernay, me he quedado tan atrasado que he perdido la visión del grupo. En la cima, Patrice me estaba esperando pero unos metros más tarde nos hemos equivocado de carretera y hemos perdido conexión con Patrick, Marc y Americo.

Después de contactarnos por teléfono con los móviles, hemos quedado en Janvry donde Patrice y yo hemos llegado con un poco de retraso ya que nuestro recorrido, aunque algo más corto, tenía mucho más desnivel.
El momento del rencuentro
Y tras escalar el mundialmente famoso “col” de l’Escargot hemos entrado a casa sin más incidentes después de 3h48 de bici para recorrer 93,7 km con 600 m de desnivel a una media de 24,8 km/h. Nada mal para una primera salida
Bonne Route