domingo, 15 de enero de 2012

SEMANA DE “REPOSO” EN TURQUIA

Después de tres semanas de entrenamiento intensivo (dos de ellas en España) tocaba dar un respiro al cuerpo para que asimilase el segundo mesociclo coincidiendo con mi viaje a Turquía.

Mi principal preocupación cuando estoy fuera de casa es la de no coger peso por culpa, sobre todo, de las cenas en el restaurante. Esta vez, justo después de las Navidades en España, habría sido catastrófico.

Afortunadamente, viajaba solo, lo que ha resultado determinante para no ganar peso. Aun mejor, he conseguido perder más de un kilo, lo que constituye un hito en la historia de mis desplazamientos a Fábrica.

El secreto no ha sido otro que el de aplicar al pie de la letra la máxima: “Desayuna como un rey, come como un príncipe, cena como un mendigo”. Esto ha sido posible porque estando solo, no tenía que hacer “vida social” y me he podido quedar dos noches en la habitación comiendo justo una manzana o algo ligero después de hacer un poco de ejercicio en la sala de fitness del hotel.

Algunos pensaréis que es un rollo eso de quedarse en el hotel, pero después de una jornada de trabajo bastante larga (para aprovechar a fondo que estoy en fábrica) y un poco de ejercicio, lo último de lo que tienes ganas es de salir a comer por ahí (en medio de ninguna parte) teniendo que esperar SOLO a que te sirvan.

Bueno, el jueves por la noche, ya en Estambul, me permití un kebap vegetal (cerveza incluida). Y es que, a pesar del frio, es muy difícil escapar a los encantos de esta ciudad… ;-)

Decoración en el restaurante de Estambul…


Volviendo al deporte, esta semana mi única actividad ha sido la elíptica y algunas abdominales para reforzar el tronco.

En ese cacharro, además de mover los brazos, realizas un movimiento a medio camino entre el pedaleo y la carrera a pie. La ventaja es que consumes más calorías que en bicicleta sin traumatizar las articulaciones el principal inconveniente del jogging.


El miércoles me pasé una hora montado en esa máquina infernal, situada enfrente de un  espejo de cuerpo entero, con la única visión de mi cara descomponiéndose poco a poco entre ríos de sudor…

Y el fin de semana, de vuelta a casa, doble salida en pleno frío… ¡Que por fin ha llegado por estas tierras!

Ayer sábado una sesión cool de unas dos horas después de desayunar en familia. Y hoy domingo (con un sol radiante pero a -4°C) salida con el grupo Babou. Bueno, más bien con Patrick y Marc ya que los tres miembros del consejo de los ancianos se han ido por su lado, después de pasar en revista entre ellos las noticias de la semana. Rodaban justo detrás mio y era como llevar la radio puesta… ;-)

Rumbo a Fontainebleau para volver por la orilla del Sena (nuestro circuito clásico cuando el aire sopla del Este). Ya casi me he aprendido el recorrido… ;-)

En total: 3h38 de bici para recorrer 93,7 km a una media de 25,9 km/h. Sin ser nada del otro mundo, la media va aumentando poco a poco ya que ahora levanto el pie cuando me acerco a las 150 pulsaciones. El motor está aun un poco obstruido ya que, por ahora, no he realizado ninguna sesión de fuerza sobre la bici y, aun menos, intervalos.

Bueno, perdonaréis que no haya fotos de la sesión de hoy ya que, con este frio, no era cuestión de quitarse los guantes.

Bonne Route

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