Todo
llega en esta vida, en este caso la primera marcha de la temporada. Esta vez un
poco a contrapié, después de dos semanas de entrenamiento intensivo en España y
sin tiempo de reposarme, pero eso es lo de menos ya que éste no era más que el
primer test para preparar mi verdadero objetivo deportivo de la temporada: La
Time – Megève – Mt. Blanc (siempre y cuando no me quiten la bici, nos caiga el
diluvio universal o cualquier otra cosa ;-)
Este
año esperé a última hora para inscribirme ya que las condiciones meteorológicas
aquí en el Norte no son muy buenas. Y la verdad es que la cosa estuvo bastante
ajustada ya que por el camino aun estaba lloviendo aunque, finalmente, en el
chateau de Chamarande (a 25 km de casa y punto de salida de la marcha) ya había
parado y no nos llovió en todo el día.
Tenía
miedo a la salida, sobre todo con el suelo mojado (y eso que había cambiado los
Bontrager por los Michelin Pro Race). Pero al final, partir desde la avenida
central del castillo (un camino semi-asfaltado lleno de gravillón), giro de 90°
para coger la carretera con casi dos km de subida a fuerte porcentaje, fue una
buena idea ya que salimos al ralentí y las filas se estiraron muy rápido con la
consiguiente disminución del riesgo.
En este
tipo de marchas, con poco desnivel (y sobre todo en días de viento como el
martes pasado) lo más importante es coger un grupo de tu nivel. Aunque esto no
es evidente durante la primera hora ya que todo el mundo va a fondo (esperando
tal vez coger a los de cabeza… ;-)
Y
cuando la cosa empieza a calmarse un poco y crees que vas a poder respirar,
llegan los del circuito corto (casi todos habituados a las carreras), te
adelantan como balas (arrancándote las pegatinas) y se vuelve a liar… Esta vez
conseguí permanecer con el segundo grupo del circuito corto. No fui el único y,
encima, iban entrando por detrás por lo que nos juntamos una treintena (más los
que íbamos absorbiendo por delante).
El
ritmo era un poco fuerte pero poco a poco me fui encontrando mejor y empecé a
colaborar con los de delante. En el
llano iba un poco justo (me falta un poco de ritmo) pero en las cuestas, de pie
sobre los pedales subía muy bien (la Trek en este tipo de terreno es
verdaderamente genial aunque supongo que la pérdida de peso también ayuda… ;-).
Así
llegamos hasta el km 72 donde, afortunadamente para los que hacíamos el
circuito largo, se separaban los dos grupos… El ritmo disminuyó un poco, por lo
que me encontraba aun mejor y pude colaborar aun más… Incluso me permití
escaparme con otros tres (que iban muy fuertes) aunque no les di ni un solo
relevo. Bastante faena tenía con aguantar detrás…
Bueno la
verdad es que no nos escapamos, si no que los tres se pusieron a tirar y cuando
volví la cabeza con la intención de esconderme en el grupo, me di cuenta que
solo quedaba otro ciclista detrás mio (el cual iba casi tan mal como yo ;-).
Como es
lógico, al final acabaron escapándose y el otro chaval y yo nos quedamos solos esperando
que nos volviese a pillar el grupo que habíamos dejado detrás. Y a partir de aquí…
decidí quedarme tranquilito ;-)
En
efecto, mi problema ahora (cuando aun quedaba cerca de una hora y cuarto para
acabar) era que no me quedaba casi agua ya que no me había parado en ningún avituallamiento
para no perder la estela del grupo. Y dos bidones pequeños no dan para mucho…
Aunque
me fueron dando un trago por aquí y otro por allá, esto no era suficiente y
tampoco quería abusar, por lo que a medida que avanzaban los km sentía como
cada vez iba más justo de fuerzas.
Al
final salieron 155 km con 1275 m de desnivel recorridos en 4h40 (es decir, una
media de 33,1 km/h) pero lo más importante es que conseguí acabar la prueba sin
incidentes graves, disfrutando de un buen día de cicloturismo y con muy buenas
sensaciones (mucho mejores que el año pasado).
En
cuanto a la clasificación, algo mejor que el año pasado: 205 sobre 367 y, en mi
categoría de edad, 67 sobre 127. Lo que me confirma como un cicloturista del montón…
;-)
Por
cierto, el Ultegra Di2 no mostró el más mínimo fallo, al contrario, me di
cuenta que cuando el cansancio se va acumulando, yo cambiaba mucho más rápido que
mis compañeros (sobre todo al final de las cuestas ya que apretar un botón para
pasar al plato grande gasta menos energía que mover la palanca ;-)
Bueno,
ahora, si el tiempo lo permite, solo queda entrenar un poco el ritmo para poder
ir un poco más cómodo en el llano de cara a la próxima cita: La Look (el domingo
20 de mayo).
Bonne
Route
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