Semana muy tranquila en lo que a bici se
refiere aunque la he compensado de sobras con una sobrecarga de trabajo
impresionante (antes de mi viaje a Turquía) más una sesión de entrenamiento
invisible pintando el techo de la cocina (ayer sábado).
Con jornadas de trabajo de más de doce horas
diarias, no ha quedado tiempo para la musculación en el gimnasio, ni siquiera
el viernes festivo aquí en Francia (el aniversario del final de la 1ª Guerra
Mundial) y, por lo tanto, el gimnasio estaba cerrado.
Bueno, al final, la semana ciclista no ha
estado tan mal ya que he conseguido realizar tres entrenos en total (sin contar
el del techo de la concina ;-):
El martes una sesión de rodillo de una hora: 10
minutos de calentamiento, 4 repeticiones de 5 minutos a ~126 pulsaciones (39x19
a 27,5 km/h) + 5 minutos tranquilos y 10 minutos de vuelta a la calma.
El viernes aprovechando el día de fiesta, salida
corta en solitario. El grupo se había dado cita en Babou pero yo me quedé en la
cama para recuperar un poco. El circuito, el mismo del pasado martes 1 de
Noviembre, solo que esta vez tardé 4 minutos más para recorrer los 40 km (al
mismo nivel de pulsaciones). Una confirmación evidente de mi estado de fatiga.
Por cierto, imposible de entrenar a
escondidas en estos lares ;-) Nada más salir me crucé con Patrick y Marc que venían
de vuelta con el grupo de Villeneuve y en St. Vrain me alcanzó Thierry aunque
no rodamos mucho tiempo juntos ya que él iba a otro ritmo y, sobre todo, había previsto
una salida mucho más larga.
Y hoy domingo, mañana fresquita (7°C) pero con
un sol radiante. Sin duda el frio ha dejado bastante gente en la cama porque
solo éramos cinco: Bernard y Gerard (que nos han dejado en la primera rotonda)
Patrick, Marc y yo. Bueno durante un rato, nos ha acompañado Philippe, un
chaval nuevo que solo lleva cuatro meses en esto de la bici de carretera (viene
del BTT) y que ha aguantado bastante bien el ritmo capilar ;-) durante el tiempo
que se ha quedado con nosotros (en Dourdan se ha dado media vuelta ya que
entraba a trabajar a las 13h00).
La buena sorpresa, al menos para mí, ha sido que
Patrick y Marc han decido quedarse conmigo. En el llano no les penalizaba
demasiado ya que el ritmo era bastante tranquilo, pero en cuanto llegaba una
cuesta, me tenían que esperar durante bastante rato ya que 130 pulsaciones (algo
más en las subidas) no dan para mucho… ;-)
Al final les he dado carta blanca a las
afueras de Janvry, al lado de casa, ya que nos quedaba la subida del Escargot,
que esta vez he subido en 5’ 17” (más de dos minutos por encima de mi récord
;-) y… ¡Sorpresa! Patrick me estaba esperando arriba. ¿Se estará aficionando al
entreno capilar?
En total, 92 km durante 3h45 a 24,8 km/h de
media (¡dura, dura, la vida capilar!). Eso sí, 660 m de desnivel, lo que no está
mal por estas tierras. Y a pesar de los tres acelerones (de menos 30 segundos)
que he pegado para eliminar la carbonilla, tan solo 126 pulsaciones de media
:-)
En fin, la semana que viene la paso en Turquía
(fabricamos el primer coche en línea, lo que siempre es uno de los momentos
fuertes de un proyecto) así que ni gimnasio, ni capilares, ni nada… Y lo que es
peor, el lunes empiezan las inscripciones para la Etapa del Tour, justo a la
hora en que estoy en el avión. Espero que Florián pueda inscribirme porque las
plazas duran menos que un caramelo a la puerta de un colegio…
Bonne Route
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