Tras un domingo de lluvia y una semana donde el gris ha sido la nota predominante (aunque casi sin agua), este fin de semana hemos tenido, aquí en el norte de Francia, dos días bien soleados pero con mucho frío a primeras horas de la mañana.
En efecto, ayer domingo estuvimos a tan solo 2° C durante un buen rato aunque en cuanto el calor del sol empezó a hacer efecto las temperaturas subieron rápidamente, entrando a casa, hacia las 12h00, con unos 15° C.
Como os decía, casi no ha llovido esta semana (salvo un poco de “calabobos” el miércoles por la noche) por lo que he aprovechado para ir tres días al trabajo en bici: martes, jueves (con el suelo mojado, por lo que tocó limpieza + engrase) y viernes. Un poco más de 180 km repartidos en tres sesiones dobles.
Pensaréis que es mucho para esta época del año. Puede que sí, aunque a decir verdad, solo en volumen ya que estoy rodando a un ritmo muy relajado si exceptuamos cuando coincido con alguno de esos misiles de vuelo rasante que me adelantan de vez en cuando y a los que intento seguir la estela. Hay que ver la cara que se les queda cuando ven que el gordito fluorescente (con mochila incluida) al que acaban de pasar intentado arrancarle las pegatinas se les pega a la rueda como una garrapata. La carne es débil… ;-)
Aunque esta semana, si sigo saliendo (ya que el tiempo es bastante incierto), iré aun más “cool” ya que ayer remplacé el plato de 38 dientes por el de 34. En efecto, he planificado el inicio de la temporada para principios de noviembre por lo que para poder seguir yendo al trabajo, al mismo tiempo que mejoro mi tejido capilar, he tenido que adaptar el desarrollo ;-)
Como podéis intuir, la nueva frontal va fenomenal y cumple su cometido a la perfección incluso en la pista donde estoy deslumbrado por los faros de los coches que vienen de frente. Además, he descubierto que he acertado instalándola en el casco ya que puedo adelantar la trazada con solo girar un poco la cabeza lo que es un factor de seguridad suplementario.
Y en cuanto a seguridad se refiere, por ahora llevo tres luces delanteras (dos fijas y una intermitente), tres traseras (dos intermitentes y una fija que ilumina también lateralmente), chaleco ciclista fluorescente (marca Spiuk), funda de mochila fluorescente (Decathlon) y tiras en los tobillos fluorescentes. Un auténtico árbol de Navidad ambulante…
Llegamos al fin de semana y, como era de esperar después de tanta ida y venida al trabajo, el sábado no tenía muchas ganas de coger la bici así que, aprovechando el buen tiempo, me fui con la familia a recoger castañas al bosque.
Paisaje de otoño…
En efecto, ayer domingo estuvimos a tan solo 2° C durante un buen rato aunque en cuanto el calor del sol empezó a hacer efecto las temperaturas subieron rápidamente, entrando a casa, hacia las 12h00, con unos 15° C.
Como os decía, casi no ha llovido esta semana (salvo un poco de “calabobos” el miércoles por la noche) por lo que he aprovechado para ir tres días al trabajo en bici: martes, jueves (con el suelo mojado, por lo que tocó limpieza + engrase) y viernes. Un poco más de 180 km repartidos en tres sesiones dobles.
Pensaréis que es mucho para esta época del año. Puede que sí, aunque a decir verdad, solo en volumen ya que estoy rodando a un ritmo muy relajado si exceptuamos cuando coincido con alguno de esos misiles de vuelo rasante que me adelantan de vez en cuando y a los que intento seguir la estela. Hay que ver la cara que se les queda cuando ven que el gordito fluorescente (con mochila incluida) al que acaban de pasar intentado arrancarle las pegatinas se les pega a la rueda como una garrapata. La carne es débil… ;-)
Aunque esta semana, si sigo saliendo (ya que el tiempo es bastante incierto), iré aun más “cool” ya que ayer remplacé el plato de 38 dientes por el de 34. En efecto, he planificado el inicio de la temporada para principios de noviembre por lo que para poder seguir yendo al trabajo, al mismo tiempo que mejoro mi tejido capilar, he tenido que adaptar el desarrollo ;-)
Como podéis intuir, la nueva frontal va fenomenal y cumple su cometido a la perfección incluso en la pista donde estoy deslumbrado por los faros de los coches que vienen de frente. Además, he descubierto que he acertado instalándola en el casco ya que puedo adelantar la trazada con solo girar un poco la cabeza lo que es un factor de seguridad suplementario.
Y en cuanto a seguridad se refiere, por ahora llevo tres luces delanteras (dos fijas y una intermitente), tres traseras (dos intermitentes y una fija que ilumina también lateralmente), chaleco ciclista fluorescente (marca Spiuk), funda de mochila fluorescente (Decathlon) y tiras en los tobillos fluorescentes. Un auténtico árbol de Navidad ambulante…
Llegamos al fin de semana y, como era de esperar después de tanta ida y venida al trabajo, el sábado no tenía muchas ganas de coger la bici así que, aprovechando el buen tiempo, me fui con la familia a recoger castañas al bosque.
Paisaje de otoño…
Coge el botín y corre… ;-)
Este es uno de mis entrenamientos invisibles favoritos en esta época del año al que sigue una sesión de “home-cinema” engullendo un buen cuenco de castañas asadas... Perfecto para eliminar las toxinas de las piernas y reponer el cuerpo en vitaminas y minerales. Eso sí, si no queréis que os dé un soponcio cuando subáis a la báscula, lo mejor es irse a la cama sin cenar… ;-)
Y el domingo, salida con los compañeros de Babou. Lo siento, no hay fotos ya que el teléfono táctil no funciona con guantes largos… :-(
Éramos unos diez (contando el Consejo de los Ancianos) y nada más salir nos enganchamos a rueda del grupo de Villeneuve le Roi (que pasaba en aquel momento por allí). No sé si era por el frío o la niebla pero iban a un ritmo realmente tranquilo hacia Fontainebleau (siguiendo la orilla del Sena) un recorrido que hacemos casi siempre en sentido ascendente. Nosotros, para no romper la dinámica de grupo, no dimos ni un solo relevo… por si acaso ;-)
Llegados a Melun se dieron media vuelta (ellos vienen de más lejos). Nosotros decidimos continuar, ahora ya entrando a los relevos (sobre todo Hervé, Patrice y yo de vez en cuando).
Marc, que conoce muy bien esta zona casi desconocida para el resto, nos iba guiando como si de un GPS se tratase, aunque con un cierto retraso, lo que nos costó (a los que íbamos tirando) algunas rectificaciones de trayectoria (incluso media vuelta por pasarnos de largo) hasta que pasó lo inevitable…
Llegando a la Forêt Senart iba tirando del grupo y, sin darme cuenta, se produjo un pequeño corte en el que nuestro “GPS” se quedó detrás. Cuando llegué a un cruce, tiré recto en vez de girar a la derecha y cuando me llegó la indicación del susodicho “GPS” para girar tuve que frenar ya que me había pasado… al parecer, frené más de la cuenta, ya que Patrice, que venía a rueda, hizo el afilador y se fue al suelo… Afortunadamente "castaña" sin consecuencias…
Después del susto y ya más calmados entramos a casa (a través de la Forêt Senart) con 110 km recorridos en 3h43 a una media de 29,3 km/h (era superior a 30 antes de la caída).
Y por la tarde… nueva sesión de “home-castañas”… esta vez viendo “UP”… ;-)
Bonne Route
Y el domingo, salida con los compañeros de Babou. Lo siento, no hay fotos ya que el teléfono táctil no funciona con guantes largos… :-(
Éramos unos diez (contando el Consejo de los Ancianos) y nada más salir nos enganchamos a rueda del grupo de Villeneuve le Roi (que pasaba en aquel momento por allí). No sé si era por el frío o la niebla pero iban a un ritmo realmente tranquilo hacia Fontainebleau (siguiendo la orilla del Sena) un recorrido que hacemos casi siempre en sentido ascendente. Nosotros, para no romper la dinámica de grupo, no dimos ni un solo relevo… por si acaso ;-)
Llegados a Melun se dieron media vuelta (ellos vienen de más lejos). Nosotros decidimos continuar, ahora ya entrando a los relevos (sobre todo Hervé, Patrice y yo de vez en cuando).
Marc, que conoce muy bien esta zona casi desconocida para el resto, nos iba guiando como si de un GPS se tratase, aunque con un cierto retraso, lo que nos costó (a los que íbamos tirando) algunas rectificaciones de trayectoria (incluso media vuelta por pasarnos de largo) hasta que pasó lo inevitable…
Llegando a la Forêt Senart iba tirando del grupo y, sin darme cuenta, se produjo un pequeño corte en el que nuestro “GPS” se quedó detrás. Cuando llegué a un cruce, tiré recto en vez de girar a la derecha y cuando me llegó la indicación del susodicho “GPS” para girar tuve que frenar ya que me había pasado… al parecer, frené más de la cuenta, ya que Patrice, que venía a rueda, hizo el afilador y se fue al suelo… Afortunadamente "castaña" sin consecuencias…
Después del susto y ya más calmados entramos a casa (a través de la Forêt Senart) con 110 km recorridos en 3h43 a una media de 29,3 km/h (era superior a 30 antes de la caída).
Y por la tarde… nueva sesión de “home-castañas”… esta vez viendo “UP”… ;-)
Bonne Route
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