Ayer lunes a pesar de que la grupeta había quedado para, teóricamente, hacer una salida tranquila, decidí quedarme un rato más en la cama (a veces no va mal, sobre todo en esta época ;-) y salir en solitario para continuar preparando mi primer objetivo de la temporada 2011.
A estas alturas y después de las veladas alusiones que he ido haciendo en mis últimos artículos, os estaréis preguntando que es esa locura que me llevo entre manos y que necesita tanta preparación.
Pues bien, a riesgo de decepcionaros, ahí va el objetivo que me he planteado, a partir del mes de marzo (cuando los días serán más largos y menos fríos): Ir al trabajo en bici… ¡TACHAAAAM! :-)
¡¡ ¿¿ Y para eso tanta historia ?? !! (¡Sí! Lo habéis pensado tan fuerte que os he oído ;-)
Bueno, antes de que me juzguéis dejarme explicar el contexto:
- Para empezar, vivo en la zona más poblada de Europa y a 30 km del trabajo. Lo que quiere decir, montones y montones de autopistas, vías rápidas de dos carriles y, por supuesto, coches, millones de coches.
- La primera mitad de la ruta (unos 15 kms) me hace ir hacia el Norte (acercándome a Paris) atravesando una zona urbana densamente poblada y por tanto muy transitada. La ventaja es que, al menos, está iluminada.
- Para colmo, esos famosos quince primeros kms son en constante subida (180 m de desnivel), hasta alcanzar la meseta donde está implantado el Technocentre (centro de la ingeniería Renault).
- Seguidamente unos cinco kilómetros por rutas “solitarias”, sin ninguna iluminación, donde los coches, que salen desbocados después de tanto semáforo, suelen trazar a 200 km/h (por lo menos ;-).
- Bueno, no todo es malo, ya que hay bastantes tramos de pistas ciclables. Aunque, eso sí, en estos primeros días de investigación, he conseguido suficientes ejemplos como para alimentar los premios “pinxazo” del Carles Soler durante al menos un año ;-).
¿Cómo me ha venido la idea? Pues aunque os parezca mentira, en la meca del mundo del automóvil (el Technocentre de Renault ;-) hay un montón de gente que viene al trabajo en bici. Estoy rodeado de ellos… el más, digamos… “loco”, viene dos días a la semana en mountain bike desde Paris (un poco más de 20 km), a través de parques y bosques (algunos tramos en singletrack) en plena noche.
Como comprenderéis, rodeado de tales “enfermos”, no he tardado en contagiarme… Y el único tratamiento para “curarse” de algo así es ponerse manos a la obra.
La primera dificultad ha sido la de encontrar una ruta que atraviese los primeros kilómetros de zona urbana (por la que casi nunca pasamos en nuestras salidas). Y, naturalmente, evitando autopistas y vías rápidas.
Unas cuantas horas sobre Google Maps han bastado para encontrar diversas posibilidades de ruta que he tenido que investigar sobre el terreno, el cual evoluciona constantemente. Prueba de ello, he descubierto una pista ciclable entre la estación de Massy y la Escuela Politécnica de Palaiseau que no está documentada aun en ninguna parte y que me puede evitar una parte del camino en plena ciudad…
Después de diversos intentos parciales, hoy ha sido el gran día en el que he conseguido completar los 30 km entre casa y el trabajo (algo más de 60 km contando la vuelta). De paso he aprovechado para seguir investigando alternativas. El objetivo: Conseguir la ruta más segura posible.
Mañana de niebla, pero a los pocos km el sol ha hecho su aparición justo cuando estaba llegando a la meseta a través de la pista no repertoriada. Quería comprobar el porcentaje y la conclusión es que es demasiado fuerte para un 39x25 si quiero subir entrenando la cadencia sin pasarme de pulsaciones.
Una vez arriba, después de investigar un par de vías que no llevaban a ninguna parte o que se transformaban en pistas de tierra, he continuado por el tramo de carretera que lleva a Saclay (ese por el que pasan los coches a 200 km/h y que me gustaría evitar).
Aquí llegando a Saclay (al final del tramo que me gustaría evitar)…
En Saclay se puede tomar una pista ciclable perfecta (la de la foto de abajo) que pasa al lado del Instituto de Estudios Nucleares pero que luego se desvía hacia St. Aubin (donde no va absolutamente nadie) por lo que tendré que abandonarla un poco antes del desvío para volver a coger otro tramo de carretera hasta Chateaufort.
A partir de ahí se entra en la nueva aglomeración de St. Quentin en Yvelines, una zona residencial que alberga varios municipios, construida para alojar y ampliar los servicios que han permitido acoger a la gente que se ha acercado a estos lares siguiendo las diversas empresas que se instalaron en la zona (Renault entre ellas).
Y en cuanto se entra en St. Quentin, se siente rápidamente la diferencia ya que la nueva aglomeración fue concebida pensando en el desarrollo sostenible (hace ya más de 20 años). Una red de carriles bus y bici completamente generalizados, (separados de la circulación automóvil), pensados y mantenidos para ser una verdadera alternativa al coche. La verdad es que hay que pasar por aquí para creerlo… Un sueño eco-ciclista hecho realidad.
Un ejemplo, lo podéis ver en la foto: a la izquierda la carretera, en el centro la pista ciclable y a la derecha los carriles para el bus. Y es así en toda la aglomeración…
En estas condiciones, los últimos km del recorrido se hacen muy llevaderos, sin ningún stress ligado a la circulación y además sobre terreno completamente llano.
Y aquí están las fotos de la meta a la que llegué en 1h20’ a ritmo tranquilo, explorando y respetando los semáforos. En tiempo normal, espero poder realizarlo en 1h10’.
(lo siento, daba el sol de frente desde la pista ciclable).
La vuelta la utilicé para analizar otras alternativas al recorrido. Para empezar, en vez de utilizar las pistas ciclables de la aglomeración he salido por una carreterita que pasa por al lado de un pequeño aeropuerto que hay justo al lado y que ha resultado ser de paso exclusivo para “dos ruedas” y tractores por lo que he decidido que será mi ruta principal (no creo que encuentre mucho tráfico de tractores por las mañanas).
Seguidamente, para evitar el tramo de recta más peligroso, desde Saclay decidí tirar hasta Orsay (siguiendo otra pista que va al lado de la autovía). Se rodea un poco (unos dos km) pero la pista está en impecable estado.
A las afueras de Orsay, se atraviesa la autovía (por un puente) y teóricamente se puede coger otra pista hasta la Universidad Politécnica. Digo teóricamente porque, a pesar de haber pasado por aquí bastantes veces en bici (y en coche) nunca la había visto (me enteré que existía mirando un mapa de pistas ciclables). Ayer me entretuve el tiempo necesario hasta encontrarla, camuflada entre unos árboles y un muro.
El problema es que no hay mantenimiento: baches y raíces por todos lados. Con una mountain habría pasado pero entre las múltiples propiedades del Duraluminio de mi Vitus, no está la de la elasticidad así que tuve que desistir antes de perder todos mis empastes, a causa de las vibraciones, en el intento.
De todas maneras este tramo de carretera que lleva hasta la Politécnica es bastante corto y no menos peligroso que el que quiero evitar.
En la Universidad… ¡me metí dentro! Lo hice a cosa hecha ya que, en el interior, hay un anillo que circunvala las diferentes instalaciones. En la entrada y la salida que tomé hay barreras y cabinas para la vigilancia pero tengo la impresión que están siempre abiertas y que no hay nadie vigilando. Si esto se confirma podré evitar el tramo peligroso.
Y desde allí, bajada sin problemas por la zona urbana hasta casa para completar el recorrido de vuelta en tan solo una hora (hoy, para volver del trabajo, he tardado màs en coche... :-(
Una vez solucionado el tema de la ruta ahora toca equipar la bici con luces (ACEPTO SUGERENCIAS), conseguir una chaqueta y un chaleco reflectantes que evacuen el sudor (no es cuestión de llegar al trabajo como un garbanzo en remojo), una mochila para llevar la corbata ;-) y, finalmente, identificar los vestuarios y asegurarme que tengo acceso (ya que están en una zona confidencial gestionada por mi Dirección). Pero todo eso ya os lo iré explicando…
Por cierto, ¿sabéis para que sirve el muñequito que hay encima del zoom sobre Google Maps? Si no lo habéis probado nunca, pincharlo con el ratón y ponerlo en un punto del mapa que estéis mirando… ¡La magia del Gran Hermano!
Bonne Route
A estas alturas y después de las veladas alusiones que he ido haciendo en mis últimos artículos, os estaréis preguntando que es esa locura que me llevo entre manos y que necesita tanta preparación.
Pues bien, a riesgo de decepcionaros, ahí va el objetivo que me he planteado, a partir del mes de marzo (cuando los días serán más largos y menos fríos): Ir al trabajo en bici… ¡TACHAAAAM! :-)
¡¡ ¿¿ Y para eso tanta historia ?? !! (¡Sí! Lo habéis pensado tan fuerte que os he oído ;-)
Bueno, antes de que me juzguéis dejarme explicar el contexto:
- Para empezar, vivo en la zona más poblada de Europa y a 30 km del trabajo. Lo que quiere decir, montones y montones de autopistas, vías rápidas de dos carriles y, por supuesto, coches, millones de coches.
- La primera mitad de la ruta (unos 15 kms) me hace ir hacia el Norte (acercándome a Paris) atravesando una zona urbana densamente poblada y por tanto muy transitada. La ventaja es que, al menos, está iluminada.
- Para colmo, esos famosos quince primeros kms son en constante subida (180 m de desnivel), hasta alcanzar la meseta donde está implantado el Technocentre (centro de la ingeniería Renault).
- Seguidamente unos cinco kilómetros por rutas “solitarias”, sin ninguna iluminación, donde los coches, que salen desbocados después de tanto semáforo, suelen trazar a 200 km/h (por lo menos ;-).
- Bueno, no todo es malo, ya que hay bastantes tramos de pistas ciclables. Aunque, eso sí, en estos primeros días de investigación, he conseguido suficientes ejemplos como para alimentar los premios “pinxazo” del Carles Soler durante al menos un año ;-).
¿Cómo me ha venido la idea? Pues aunque os parezca mentira, en la meca del mundo del automóvil (el Technocentre de Renault ;-) hay un montón de gente que viene al trabajo en bici. Estoy rodeado de ellos… el más, digamos… “loco”, viene dos días a la semana en mountain bike desde Paris (un poco más de 20 km), a través de parques y bosques (algunos tramos en singletrack) en plena noche.
Como comprenderéis, rodeado de tales “enfermos”, no he tardado en contagiarme… Y el único tratamiento para “curarse” de algo así es ponerse manos a la obra.
La primera dificultad ha sido la de encontrar una ruta que atraviese los primeros kilómetros de zona urbana (por la que casi nunca pasamos en nuestras salidas). Y, naturalmente, evitando autopistas y vías rápidas.
Unas cuantas horas sobre Google Maps han bastado para encontrar diversas posibilidades de ruta que he tenido que investigar sobre el terreno, el cual evoluciona constantemente. Prueba de ello, he descubierto una pista ciclable entre la estación de Massy y la Escuela Politécnica de Palaiseau que no está documentada aun en ninguna parte y que me puede evitar una parte del camino en plena ciudad…
Después de diversos intentos parciales, hoy ha sido el gran día en el que he conseguido completar los 30 km entre casa y el trabajo (algo más de 60 km contando la vuelta). De paso he aprovechado para seguir investigando alternativas. El objetivo: Conseguir la ruta más segura posible.
Mañana de niebla, pero a los pocos km el sol ha hecho su aparición justo cuando estaba llegando a la meseta a través de la pista no repertoriada. Quería comprobar el porcentaje y la conclusión es que es demasiado fuerte para un 39x25 si quiero subir entrenando la cadencia sin pasarme de pulsaciones.
Una vez arriba, después de investigar un par de vías que no llevaban a ninguna parte o que se transformaban en pistas de tierra, he continuado por el tramo de carretera que lleva a Saclay (ese por el que pasan los coches a 200 km/h y que me gustaría evitar).
Aquí llegando a Saclay (al final del tramo que me gustaría evitar)…
En Saclay se puede tomar una pista ciclable perfecta (la de la foto de abajo) que pasa al lado del Instituto de Estudios Nucleares pero que luego se desvía hacia St. Aubin (donde no va absolutamente nadie) por lo que tendré que abandonarla un poco antes del desvío para volver a coger otro tramo de carretera hasta Chateaufort.
A partir de ahí se entra en la nueva aglomeración de St. Quentin en Yvelines, una zona residencial que alberga varios municipios, construida para alojar y ampliar los servicios que han permitido acoger a la gente que se ha acercado a estos lares siguiendo las diversas empresas que se instalaron en la zona (Renault entre ellas).
Y en cuanto se entra en St. Quentin, se siente rápidamente la diferencia ya que la nueva aglomeración fue concebida pensando en el desarrollo sostenible (hace ya más de 20 años). Una red de carriles bus y bici completamente generalizados, (separados de la circulación automóvil), pensados y mantenidos para ser una verdadera alternativa al coche. La verdad es que hay que pasar por aquí para creerlo… Un sueño eco-ciclista hecho realidad.
Un ejemplo, lo podéis ver en la foto: a la izquierda la carretera, en el centro la pista ciclable y a la derecha los carriles para el bus. Y es así en toda la aglomeración…
En estas condiciones, los últimos km del recorrido se hacen muy llevaderos, sin ningún stress ligado a la circulación y además sobre terreno completamente llano.
Y aquí están las fotos de la meta a la que llegué en 1h20’ a ritmo tranquilo, explorando y respetando los semáforos. En tiempo normal, espero poder realizarlo en 1h10’.
(lo siento, daba el sol de frente desde la pista ciclable).
La vuelta la utilicé para analizar otras alternativas al recorrido. Para empezar, en vez de utilizar las pistas ciclables de la aglomeración he salido por una carreterita que pasa por al lado de un pequeño aeropuerto que hay justo al lado y que ha resultado ser de paso exclusivo para “dos ruedas” y tractores por lo que he decidido que será mi ruta principal (no creo que encuentre mucho tráfico de tractores por las mañanas).
Seguidamente, para evitar el tramo de recta más peligroso, desde Saclay decidí tirar hasta Orsay (siguiendo otra pista que va al lado de la autovía). Se rodea un poco (unos dos km) pero la pista está en impecable estado.
A las afueras de Orsay, se atraviesa la autovía (por un puente) y teóricamente se puede coger otra pista hasta la Universidad Politécnica. Digo teóricamente porque, a pesar de haber pasado por aquí bastantes veces en bici (y en coche) nunca la había visto (me enteré que existía mirando un mapa de pistas ciclables). Ayer me entretuve el tiempo necesario hasta encontrarla, camuflada entre unos árboles y un muro.
El problema es que no hay mantenimiento: baches y raíces por todos lados. Con una mountain habría pasado pero entre las múltiples propiedades del Duraluminio de mi Vitus, no está la de la elasticidad así que tuve que desistir antes de perder todos mis empastes, a causa de las vibraciones, en el intento.
De todas maneras este tramo de carretera que lleva hasta la Politécnica es bastante corto y no menos peligroso que el que quiero evitar.
En la Universidad… ¡me metí dentro! Lo hice a cosa hecha ya que, en el interior, hay un anillo que circunvala las diferentes instalaciones. En la entrada y la salida que tomé hay barreras y cabinas para la vigilancia pero tengo la impresión que están siempre abiertas y que no hay nadie vigilando. Si esto se confirma podré evitar el tramo peligroso.
Y desde allí, bajada sin problemas por la zona urbana hasta casa para completar el recorrido de vuelta en tan solo una hora (hoy, para volver del trabajo, he tardado màs en coche... :-(
Una vez solucionado el tema de la ruta ahora toca equipar la bici con luces (ACEPTO SUGERENCIAS), conseguir una chaqueta y un chaleco reflectantes que evacuen el sudor (no es cuestión de llegar al trabajo como un garbanzo en remojo), una mochila para llevar la corbata ;-) y, finalmente, identificar los vestuarios y asegurarme que tengo acceso (ya que están en una zona confidencial gestionada por mi Dirección). Pero todo eso ya os lo iré explicando…
Por cierto, ¿sabéis para que sirve el muñequito que hay encima del zoom sobre Google Maps? Si no lo habéis probado nunca, pincharlo con el ratón y ponerlo en un punto del mapa que estéis mirando… ¡La magia del Gran Hermano!
Bonne Route
Muy bien, necesitas investigar la zona, muchas veces surgen alternativas muy interesantes y otras a medio camino, una mountain con ruedas medio lisas para poder alternar diversos terrenos... la sensación al volver a casa cuando finalizas el trabajo es MUY AGRADABLE y desconectas totalmente, la ida? Bueno, sabes q estás entrenando y aprovechando el tiempo, las endorfinas te harán sentir pletórico, salvo cuando llueva, será excelente y te mirarán como a un bicho raro... recorridos Vélotaf por fin!!! El Josep va en bici al trabajo con plegable y en un año ha hecho mas de 2000kms!!!
ResponderEliminarYo te propongo otra meta: la fábrica de Bursa en Turquía ..... Ves mirando la ruta.
ResponderEliminarESTAS COMO UNA CABRA!!!!!!!