La verdad es que he tenido una última semana de vacaciones en España un tanto movidita intentando aprovechar al máximo con la familia y relativamente desconectado de la bici ya que después de las ya clásicas salidas de sábado y domingo (en carretera y BTT), solo la volví a coger el martes.
Pero vayamos por orden en esto de las crónicas:
El sábado 07/08 salida parcial con la Cotesua ya que, por motivos familiares, tenía que entrar pronto (de hecho me perdí lo mejor: el desayuno y las claras al final). Como estaba previsto, salimos por la costa hacia Vendrell para luego enfilar la subida de Sta Cristina donde empezó a tensarse la cuerda y es que Mr. Martínez se declaró en “huelga” y dejó las riendas del grupo a los más fuertes (con lo bien que íbamos con él).
Pero bueno como el Pedrito dijo que había que aguantar hasta el pie del puerto y nosotros somos buenos “soldados” tuvimos que apretar los dientes (y otras cosas… ;-) hasta el cruce de la carretera que coge el desvío de Masarbonès. Allí ya, formamos la grupeta de la que fuimos tirando a medias entre el Sisco? (lo siento se me ha desconectado la neurona y no estoy seguro del nombre) y yo. Eso sí, con el hígado en la mano mientras los otros iban silbando… ;-)
Como arriba no había nadie esperando (debían tener hambre) continuamos hacia Mas Llorens y luego de vuelta a la carretera de Rodonyà yo ya me fui por Can Ferrer para llegar pronto a casa. Hasta allí llevábamos más de 30 km/h de media y eso que nosotros íbamos detrás…
En la subida de Can Ferrer aflojé el ritmo para subir un poco más tranquilo (o sea más acorde con mi nivel ;-). Bueno… hasta que, justo antes del pueblo, me salieron los putos perros y tuve que hacer el sprint (en cuesta) de mi vida y atragantándome con la barrita energética que me estaba comiendo en ese momento.
Y nada más, después del incidente, coroné las Ventosas y luego la carretera del pantano donde creo que me crucé con Flecha (o un clon suyo que circulaba sin casco… ;-) y con Débora, que iba de paseo.
En total casi 100 km con 965 m de desnivel a una media de 28,8 km/h.
El domingo 08/08 salida en BTT. La verdad es que después del atracón de comer y beber que nos pegamos el sábado (volviendo a casa de madrugada) salí porque era el último día en el que podía ver a los Companys porque ganas, lo que se dice ganas, no tenia ningunas… ;-)
Menos mal que los “barriguais” querían desayunar en Torrelletas y salimos hacia Casa Alta a ritmo de caracol reumático, aunque a pesar de que íbamos mareando la perdiz (una trialerita por aquí, otra por allá) llegamos en solitario arriba, así que Toni, Iñaki, Jordi, el Bena y yo continuamos sin esperar (nosotros no paramos a desayunar). Torrelletas, Castellet, atravesando el río Foix rumbo hacia Clariana donde tuvimos el primer incidente de ruta: Pinchazo del Jordi.



Y yo grabando el video que muestra las competencias en la materia del muchacho… ;-)
Apenas habíamos salido y… nuevo pinchazo. Esta vez Iñaki.

Y luego se enzarzaron los dos, animados por Paco, a este extraño ritual que quedó inmortalizado en el video que podéis ver a continuación (eso sí, menores de 18 años abstenerse… ;-)
Y ya sin más incidentes, continuamos hacia la trialera de la viña, los Rosales, la Alambrada, Cubellas y vuelta a casa por el camino viejo (paseando entre amigos… ;-)
En total, 43 km más con 785 m de desnivel y dos pinchazos…
El lunes, como diría Manolo, toco entreno invisible… Cambiar la correa de la persiana del comedor que se había roto… :-(
No es que sea muy complicado pero a veces yo pagaría por evitarme el desmontaje, doble montaje de la correa arriba y doble abajo (nunca la pones en el buen sentido a la primera… ;-), los cinco intentos para volver a poner las juntas de goma más o menos en su sitio y, sobre todo, las dos horas de limpieza que me añadió mi mujer aprovechando la coyuntura… :-(
El martes, ya repuesto de mi aventura persianera, aproveché para hacer la que sería mi última salida en España a ritmo muy, muy tranquilo… En efecto, como vi que le empezaban a saltar los muelles a la báscula (+2,5 kg desde mi llegada) decidí hacer un entreno para quemar un poco de grasas: Por debajo del 75% de la frecuencia cardiaca.
La ruta escogida: Ventosas, Ranxos, Pontons, La Munia y vuelta por Torrelletas y el pantano. La media fue de infarto, 26,6 km/h y la báscula ni se ha inmutado pero al menos pude admirar el paisaje.


Y aquí acabó mi aventura ciclista de la semana ya que el viernes volvimos a casa, el sábado tocó otro de esos entrenos invisibles, esta vez arreglando el jardín y el domingo… el diluvio universal: Todo el día lloviendo sin parar y con temperaturas que, en ningún momento, superaron los 20°C.
Bonne Route
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