FIN DE SEMANA PERFECTO

Este último fin de semana aquí en Francia antes de nuestras vacaciones en Vilanova (si todo va bien llegamos el próximo viernes por la tarde) ha sido uno de los mejores desde hace bastante tiempo.

Todo empezó en casa, ayer sábado, con unos amigos ya que tal y como estaba previsto, estuvimos saboreando una estupenda paella y lo que nos quedaba de jamón (que no era mucho ;-). Una agradable jornada coronada con la victoria del Barça sobre el R. Madrid. Lo siento por los blancos pero como dije hace tiempo en otra entrada de este blog: El dinero no lo hace aun todo... afortunadamente.

Hoy domingo, no he salido con el grupo Babou (muchos habían previsto acudir a una marcha que se corre no muy lejos de nuestra casa) y yo, había recibido un email de Florián diciéndome que había recibido su nueva bici:

Como podéis ver, es una Lapierre Xelius 700 con grupo Sram Force y ruedas Mavic Ksyrium Elite. Muy guapa y además francesa. Sí, Florián estuvo barajando varias opciones pero, al final, consideró que, en estos tiempos difíciles, un poco de solidaridad con una marca nacional (aunque fabrique los cuadros fuera) no vendría mal. Yo comparto con él esta visión ya que si queremos conservar algunos empleos en Europa habrá que empezar a actuar coherentemente…
Sin embargo todo no es satisfacción ya que hay un “pequeño” detalle que le está martirizando bastante desde que tiene la bici: el sillín al que su trasero no consigue acostumbrarse.

Bueno, pues eso, que entre unas cosas y otras, decidimos quedar en la carretera (a mitad de camino entre su casa y la mía, ya que vivimos a 60 km de distancia) para compartir unas horas de bici.

Habíamos quedado a las 09h30 en la rotonda entre Chevreuse, las “17 tournantes” (ya os hablé una vez) y Mesnil St. Denis por lo que he tenido que salir a las 08h00 de casa. Y la verdad es que a pesar de que yo tenía 40 km hasta allí (él solo unos 20 km) hemos llegado casi al mismo tiempo: Menos de un minuto de diferencia!!!
Florián y yo hemos trabajado juntos durante tres años y medio en el nuevo Master. Fue él el que me convenció de participar a las primeras marchas (los que hayan seguido mis artículos en Pedalier saben de qué hablo). Es más, en estos últimos años hemos participado juntos a la Time Megève (tres veces) y en la Marmotte (el año pasado) además de compartir algunos entrenamientos en Metz durante nuestros desplazamientos laborales.

Este año participaremos juntos a la “Trois Ballons”, la Marmotte y la Etape du Tour así que tendréis la ocasión de conocerlo en los Alpes (ya que vamos juntos). En resumen, un chaval estupendo, tanto en el trabajo como fuera de él.

Desde Les Mesnil, hemos ido hacia Dampierre, les Essarts le Roi, Auffargis (una de mis carreteras favoritas) y luego, en pleno corazón de la vallée Chevreuse, la Celle les Bordes, Bonnelles y les Molières, donde nos hemos separado.

Era también la ocasión de comparar el estado de forma en que nos encontramos a tan solo dos meses del primer objetivo de la temporada: Trois Ballons. Y Florián ha podido comprobar que su gregario de lujo (es decir, yo) no ha perdido el tiempo este invierno ya que, desde el primer minuto, me he puesto a marcar el ritmo (la mayor parte del tiempo con el viento de cara) incluso en las subidas…
Qué, c…, la sonrisa de la foto no le ha durado mucho tiempo ya que lo he machacado, pulverizado, lo he dejado agonizando. Clavado, en el sitio, en cada repecho (bajándole dos piñones de golpe y acelerando después de llevarlo con el hígado en la mano durante ¾ de la subida) o lanzando un ataque fulminante al pie… :-)))

Lo siento Florián pero después de los duros meses de entreno este invierno criando capilares en el garaje… ha sido un gran momento de éxtasis, que no durará mucho ya que no tardarás en ponerte a mi nivel e incluso superarme (ley de vida) pero hoy… ¡qué me quiten lo bailado! ;-)

Yo creo que el momento más feliz de su salida, desde que nos hemos juntado, ha sido cuando lo he dejado en Les Molières… de hecho es él que me lo ha reconocido, (lástima de no tener aun el nuevo teléfono para gravarlo ;-). Desde allí, hemos tirado cada uno por nuestro lado, él de vuelta a Chevreuse y yo, todavía con el viento de cara, hacia Gif, Janvry y el Escargot (que hoy me ha costado subir… ;-).

En conclusión: 4h17 de bici para recorrer 115 km con 870 m de desnivel y una media de 27,0 km/h. Teniendo en cuenta que yo he estado tirando solo casi toda la salida y que no me llamo Angel, aun menos Alberto… no está nada mal.
En el gráfico del Polar podéis ver que, hoy, la frecuencia cardiaca media ha rondado las 148 pulsaciones (la más alta de la temporada). Y a pesar del cansancio, he conseguido ver la París-Roubaix después de una “corta” siesta en el sofá de la que me he despertado justo antes del ataque de Cancellara… ;-)

Por cierto… ¿a que no adivináis lo que llevaba Florián en las ruedas?
Ayyyyy… estos globerillos… ;-)

Bueno, nos vemos el sábado y hasta entonces… Bonne Route