Después
de una larga ausencia por culpa de los desplazamientos a fábrica, las
vacaciones y los numerosos puentes (más bien acueductos) del mes de mayo, ayer
pude volver, por fin, a salir con los colegas del trabajo. Y la verdad es que valió
la pena…
El
objetivo era pasarnos por la piedra (¡bueno! Por las ruedas ;-) la mayor
cantidad posible de cuestas de la vallée Chevreuse, en fuerza con el plato
grande, para preparar la Time-Megève-Mt. Blanc.
De paso
nos solidarizábamos con Emmanuel al que… desde hace un año, no le entra el
plato pequeño. Ese pequeño detalle deja imaginar la potencia del “animalico”
;-)
El otro
que estaba que salía ayer era Lionel. Ni con la Trek pude descolgarle y… peor
aun, me pegó una buena lección de humildad. Y encima se queja de sobrepeso… ¡Pues
menos mal! (pensaba yo ;-)
Bueno,
al menos, pude ganarle (o me dejó por imposible… ¡vaya usted a saber!) en la
Madelaine (una cuesta en pleno centro de Chevreuse que lleva hasta el castillo
del mismo nombre con rampas del 13%). Lo que es seguro es que, en esta cuesta,
le gané la batalla sicológica ya que YO la subí con el plato grande… ;-)
Y
Vincent, como siempre, aguantando en el llano y cada vez más cerca en las
subidas… Dentro de unos meses no estará lejos de nuestro nivel, puede que mejor.
Emmanuel
habría tenido tiempo de subir dos veces en vez de quedarse enganchado al muro…
;-)
En conclusión:
Unos 60 km con 576 m de desnivel a una media de 27,5 km/h. Nada mal aunque nuestro
objetivo era desarrollar la fuerza. Y lo mejor… súper ambiente en el maravilloso
cuadro de la vallée Chevreuse y con temperatura estival…
Una
lastima que la semana que viene no pueda salir porque me vuelvo a ir a Turquía…
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