Aunque al final, visto lo visto, no me puedo quejar demasiado. No sé si nuestros colegas presentes en la Paris – Roubaix (a los que no he tenido ni el tiempo ni los medios de prevenir) podrán decir lo mismo ya que ellos no podían escoger itinerario para evitar las tormentas como nosotros. La verdad es que me he tirado todo el día pensando en ellos…
Pero empecemos por el principio:
Como estaba previsto, nada de bici entre semana ya que estaba de viaje en Valladolid. Aunque tampoco puedo hablar de descanso activo ya que he hecho todo lo que no se debería hacer a una semana de la primera cita de la temporada:
- Dormir poco…
- Un par o tres cervezas cada fin de jornada (sin contar el vino de la cena)
- Comer grasas por un tubo (tapas, lechazo, etc.)
Claro cuando vas en grupo, no puedes imponer tu estilo de vida monacal a todo el mundo y menos aun a unos franceses con ansias de descubrir el famoso estilo de vida español… ;-)
En fin, no todo ha sido beber y comer, también hemos aprovechado para conocer un poco la antigua capital del reino de Castilla…
La iglesia que se encuentra en la plaza de Felipe II (de estilo barroco). Impresionante lo que se llegó ha hacer gracias a las riquezas expoliadas en América del Sur.
Así que, como os podéis imaginar mi único objetivo durante las salidas de estos dos días ha sido controlar el peso y, sobre todo, eliminar las toxinas acumuladas durante toda la semana.
Ayer, aun con sol, salida a esfuerzo libre (en función de mis ganas y sensaciones). Total: 43 km a 25,8 km/h de media sobre el circuito de Villejust, Janvry y Escargot con el cuerpo completamente “embozado”.
Y hoy, entre las previsiones de ayer y el cansancio acumulado, me he levantado sin ningunas ganas. Encima, cuando estaba abriendo las persianas y han empezado a caer las primeras gotas he estado a punto de volverme a la cama pero al final he decidido quedarme abajo desayunando para ver qué pasaba.
Y ha pasado lo que suele ocurrir en estos casos, que el tiempo ha ido aguantando hasta que estábamos a unos 30 km de casa. Y… después de la primera cuesta del día (Torfou) nos ha caído la del pulpo. En los cinco minutos que hemos tardado en encontrar un abrigo de bus, estábamos ya completamente empapados.
Allí, esperando que se calmase un poco la cosa y viendo las sensaciones que tenia, yo solo pensaba en volverme a casa…
Otros, como Marc, llamando a su mujer para ver si venía a buscarlo… aunque, como os podéis imaginar, la cosa no ha funcionado… ;-)
Finalmente, cuando ha aflojado, hemos seguido hacia la vallée Chevreuse, orientando nuestra salida en función de los claros que se veían en el cielo. No obstante, el suelo estaba completamente empapado, imaginaos lo que puede dar sobre el pavés…
Poco a poco, la carretera se iba secando y parecía que la suerte estaba de nuestra parte ya que hemos conseguido evitar la lluvia. En lo que a mi respecta, la mayoría del recorrido a cubierto detrás de los colegas esperando que las sensaciones mejoraran. Al final, con las tuberías ya casi desembozadas, iba mucho mejor aunque me faltaba un poco de punch a causa de la fatiga acumulada.
En conclusión: Recorrido de 120 km en 4h06. Una media de 29,4 km/h con 775 m de desnivel. Nada mal si tenemos en cuenta las condiciones y que al final nos hemos quedado, como siempre, cuatro: Gaby, Marc, Thierry y yo.
Bonne Route
Me han mandado una foto, todo bien, han llegado todos y ha sido durísima. Veo barro en sus piernas así q algún tramo con agua habrán pillao... son los putos amos!!!
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